El Cymbidium


El “chic” Cymbidium

Gracias a su espectacular floración, que se produce mientras la mayor parte de las otras flores descansan, si hay una orquídea que destaque como una verdadera reina esa es Cymbidium.

La dama de hierro

Elegante, sorprendente y hermosa, el Cymbidium es la única orquídea que tiene el aspecto de una verdadera planta de interior. Es perfecta para ser la primera orquídea de los que se estén empezando a aficionar, resulta un regalo inolvidable para la persona amada y un toque de belleza espectacular en cualquier casa. Es una planta que parece invitar con una sonrisa al visitante, como si le dijera, “hola, ven aquí y siéntate a mi lado por un ratito”.

Sobresaliendo del suelo, los pseudobulbos del Cymbidium son la base de la que surge un buen puñado de hojas esbeltas, curvadas y puntiagudas. Entre las mismas aparece un tallo que mantendrá hermosas flores durante dos o tres meses. El Cymbidium es una planta fuerte y resistente que sigue cerciendo aunque no se le cuide demasiado bien, incluso la persona menos hábil con las plantas se sorprenderá con la cantidad y belleza de las flores que puede producir esta planta.

Capaz de iluminar los días más tristes

El Cymbidium procede de las selvas del Sudeste Asiático, donde puebla las laderas más frescas aunque también se le encuentra en las sabanas. Existen más de cuarenta variedades que presentan una gran cantidad de colores, habiendo sido clasificadas las primeras en 1799. Al contrario que la mayor parte de las orquídeas, que poseen raíces aéreas, el Cymbidium hunde sus raíces en la tierra para absorver la humedad del suelo. Por eso le beneficia estar sumergido para poder asimilar nutrientes. Quizás aumente el atractivo de esta planta el hecho de no estar disponible todo el año, sino sólo durante los meses del otoño y el invierno; y la verdad es que sus propietarios esperan ese momento con verdadera expectación.
Un alegre compañero de piso

Lugar idóneo: un lugar soleado y bien ventilado, de luz tamizada por cortinas.

Temperatura ideal: 10-20ºC

Cómo cuidarlo: humedece las hojas pero no las flores; una vez a la semana sumerge la maceta y luego déjala escurrir bien.

Unos buenos consejos: un Cymbidium que ha terminado su floración necesitará que lo dejen tranquilo en un sitio fresco para poder reunir la energía suficiente que necesitará en la próxima floración. Durante ese periodo sólo es necesario sumergir la maceta cada dos o tres semanas, pero como siempre, dejándola escurrir luego.

A que no lo sabías…

El período de floración del Cymbidium (de dos a tres meses) coincide con la duración que suele tener la fase más apasionada de una relación amorosa recién iniciada. Esa es la razón por la que a sus flores se les conoce como “Pétalos de la Pasión”. Mientras la mayor parte de las plantas de interior pierden vigor a medida que envejecen, el Cymbidium es como un viejo chamán aparentemente inagotable: cuanto más vieja sea la planta más flores producirá.

Fuente blog.tensiempreflores.com

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