Césped artificial, ¿por qué no?

El césped se lleva la parte del león en el consumo de agua de un jardín. Hay praderas cuyo riego cuesta a sus propietarios sumas de cuatro cifras por mes en verano. La escasez de lluvias en España y las restricciones del riego en jardines ha impulsado la utilización de céspedes sintéticos, hoy ya frecuentes en campos deportivos. La calidad y el acabado que se ha conseguido en los últimos años los asemeja cada vez más a los naturales. Instalarlos no es difícil, pero requiere habilidad.

Tanto en jardines como en instalaciones deportivas es cada vez más frecuente encontrar mantos verdes en los que la hierba parece césped pero no lo es. Una pradera que no se riega ni se siega. Y es que, junto con el importante ahorro de agua, vital ante la escasez de lluvias en España, este último es otro de los motivos principales del auge de los céspedes sintéticos: el escaso mantenimiento que demandan.

Los fabricantes aseguran que para mantenerlo en buen estado es suficiente con un simple manguerazo de vez en cuando para limpiar de polvo y refrescar el césped (sobre todo en épocas calurosas), además de un barrido periódico que distribuya la arena de relleno por toda la superficie y asegure la verticalidad de la fibra. Aunque existen diversas calidades de hierba artificial, se le asegura en general un periodo de vida útil de ocho a diez años. Al cabo de ese tiempo se vuelve opaca y azulada.

En los últimos tiempos, el desarrollo tecnológico de las fibras sintéticas con las que se fabrica el césped artificial ha experimentado grandes avances hasta lograr un aspecto y color naturales y un tacto suave y agradable. Los encontrarás en tu centro de jardinería.

Algunas ventajas de la hierba sintética

1. Al contrario del césped natural, el artificial no exige apenas mantenimiento. Ya no hace falta sembrar, abonar, segar o regar. Pero es recomendable airearlo al menos una vez al año para evitar la compactación que podría quebrar las fibras.

2. Se puede instalar en zonas difíciles para el césped natural, como las de mucha sombra, o junto a la piscina, porque no lo decolora el cloro. Resiste el calor, el frío, la lluvia y los rayos UVA del sol, aunque al cabo de los años el verde pierde fuerza. La mayoría de las marcas ofrecen una garantía de ocho a diez años.

3. Se puede disfrutar desde el primer día y durante todo el año. Solo hay que evitar pisarlo mucho cuando haya helado.

4. No provoca alergias.

5. Es ideal para la zona de juegos de los parques infantiles.

6. Si cuenta con un buen drenaje, no da lugar a cenagales o encharcamientos.

7. Se puede instalar prácticamente en cualquier superficie, siempre que se asegure un buen drenaje.

CÓMO INSTALARLO

Entre las ventajas de este producto figura su facilidad de instalación, ya que, en terrenos no demasiado grandes, un aficionado a la jardinería con habilidad puede llevarla a cabo siguiendo estos pasos:

Paso 1: Preparar la base

En primer lugar se debe remover la capa vegetal o el césped natural hasta una profundidad de unos siete o nueve centímetros. Después, se eliminan las malas hierbas aplicando un herbicida. Se rellena el cajeado con gravilla, que se extiende y nivela. Esta capa será la que permita que el suelo drene naturalmente, evitando que se acumule el agua y se produzcan encharcamientos.

Paso 2: Cortar y unir los rollos de césped

A continuación se cortan los rollos de césped del largo deseado y se extienden por toda la superficie del jardín. Para las costuras entre las láminas se utiliza un adhesivo especial y bandas de unión. Es importante coser bien para evitar futuros desgarrones de la malla que sostiene la hierba artificial.

Paso 3: Rellenar con arena de sílice y cepillar

Por último, se rellena el césped con arena de sílice en la proporción fijada por el fabricante, y se cepilla con una máquina especial motorizada, para nivelar la carga. 

 Via verdeesvida.es

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