Kalanchoe daigremontiana

Es una especie suculenta muy original, que puede alcanzar algo más de 1 metro de altura. El tallo principal es robusto y sostiene carnosas hojas triangulares de unos 20 cm de largo que nacen a pares y enfrentadas, son color verde claro que se va oscureciendo con la edad y manchas púrpura en el envés. Las plantas adultas producen raíces aéreas en los tallos viejos. Cuando se mantiene siempre a pleno sol las hojas se tornan marrón rojizas y las manchas del envés de tonalidad más intensa.

Nombre botánico: Kalanchoe daigremontiana

Otros nombres: Bryophyllum daigremontianum - Calanchoe

Nombre común: Espinazo del Diablo - Aranto

Familia: Crassulaceae

Origen: La mayoría de especies que componen las Calanchoe proceden de Madagascar.

Cualidad: Esta planta tiene la magnífica característica de producir brotes de nuevas plántulas a lo largo del envés de las hojas, que originan raíces con celeridad cuando caen al suelo.

Condición: Posee un follaje permanente.

Disponer: Se acomoda por igual al suelo o contendores.

Periodo de floración: Finales de la primavera.

Flor: Produce largas varas florales que duplican en altura la longitud del follaje, éstas desarrollan grandes racimos colgantes en su extremo, con innumerables pequeñas flores acampanadas de color rosa desvaído.

Situación: Lo más luminosa posible, las plantas maduras prefieren situaciones soleadas.

Singularidad: Su floración es especialmente llamativa a la par que muy abundante, motivos sobrados para convencer a los viveristas a forzar su floración, de modo que se puede encontrarla a la venta florecida en periodos diferentes al natural.

Riego: De manera regular en periodos de calor y moderadamente el resto del tiempo.

Plagas: La cochinilla algodonosa puede ser un contratiempo, en cuanto se vea alguna protuberancia blancuzca (principalmente en las axilas de las hojas) hay que eliminarla con un palillo de algodón humedecido en alcohol metílico.

Cuidados especiales: Tolera mejor la falta que el exceso de agua que pudre con facilidad las raíces.

Abonado: Desde comienzos de la primavera hasta finales del verano se puede abonar quincenalmente con un fertilizante para plantas suculentas, añadiendo una pequeña cantidad al agua de riego. No abusar nunca del los fertilizantes, los excesos queman las hojas y puede dañarla muy seriamente.

Apunte: Puede cultivarse en interior si se dispone en un lugar donde reciba algo de sol, en este caso es posible que florezca, pero si la intensidad de luz es pobre no lo hará.

Curiosidades: Pese a que la medicina tradicional de algunos países utiliza las hojas para diversos tratamientos, no se debe manipular ni consumir con dichos fines si no se tienen los conocimientos precisos.

Reproducción: Resulta tremendamente fácil hacerse con nuevas plantas, de hecho ella misma se encarga de hacerlo toda vez que las diminutas plántulas que crecen en los bordes de las hojas enraízan cuando caen al suelo. Los esquejes de hoja y de tallo son otras opciones.

Via plantayflor.blogspot.com.es

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