Cuidados básicos de las plantas de interior


Todas las plantas necesitan una serie de cuidados para poder estar siempre sanas, dar sus frutos, florecer y, en definitiva, poder lucir con todo su esplendor. Aunque cada planta necesita determinados cuidados específicos, hay unos cuantos cuidados básicos que son comunes a todas las plantas, aunque hay que diferenciar las de exterior de las de interior.

Hoy me gustaría centrarme en las plantas de interior y en sus cuidados básicos, con ellos conseguirás que se desarrollen bien, prestando además atención a que cada una reciba los específicos en función del tipo de planta que sea. Toma nota y asegúrate de que no descuidas ninguno de estos aspectos:

Iluminación

Si la especie que vas a plantar necesita luz directa del sol, deberás colocarla en una ventana, e incluso puedes ponerla en el exterior de la ventana pero guardándola por la noche o si el clima no es bueno. Las plantas que prefieren estar a la sombra, procura que no estén en un lugar en el que les llegue el sol directamente. Te darás cuenta de que una planta necesita luz porque los tallos se alargarán y debilitarán, además de que sus hojas se volverán amarillas y se caerán.

Temperatura

La temperatura ideal en el momento de la siembra y de la germinación de las semillas es entre 16-25ºC. Si vas a reproducir alguna planta por división o por esquejes, debe estar entre 18-26ºC. En la época de floración necesita que las temperaturas sean altas, y la falta de calor hace que el crecimiento se retrase.

Humedad

Una de las principales causas que provocan que las plantas de interior se marchiten y se mueran es la poca humedad que hay en el aire. Por ese motivo, es muy importante que pulverices las hojas casi a diario para disminuir la evaporación del agua y que el entorno de la planta esté húmedo. Pulveriza solo las hojas, y ten mucho cuidado de no pulverizar las flores.

Riego

Regar demasiado o regar muy poco es muy peligroso, aunque es mejor que te quedes corto a que la planta se encharque ya que se pudrirán las raíces, mientras que de la sequía puede recuperarse si no es prolongada. Especialmente peligroso es regar demasiado durante el otoño y el invierno, ya que al no hacer calor la planta no absorbe el agua con tanta facilidad. Utiliza agua que no sea muy calcárea, y sería perfecto que pudieras regar siempre con agua de lluvia.

Fertilización

Cada especie necesita un abonado diferente, además de que para ello hay que tener en cuenta también la estación del año, la fase en la que está la planta o su edad. Lo que sí es imprescindible es que el fertilizante contenga los 13 nutrientes elementales, y según la planta unos tendrán que ser en mayor cantidad que otros. La escasez de abono hará que el crecimiento no sea el adecuado y la floración sea pobre, y el exceso es igualmente perjudicial.


Via jardinplantas.com

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