El rododendro, una flor ornamental

El rododendro es una de las plantas florares que más decora un jardín, es buscada por sus flores intensamente coloridas. Este arbusto perenne ornamental proviene de Oriente y cuenta con unas 800 especies, todas de gran belleza decorativa.

Estas hermosas plantas tienen hojas ovaladas verde oscuro, semejantes a las del laurel. Sus flores abarcan una generosa gama de colores encendidos. Algunas variedades tienen una altura que no alcanza los 50 centímetros, mientras que otras pueden llegar a los tres metros. La floración se da entre la primavera y el verano y dura aproximadamente 20 días.

Los cuidados del rododendro:

El cultivo del rododendro requiere de un suelo con pH ácido y húmedo, pero con un buen drenaje. Tiene buena adaptabilidad a toda clase de climas, excepto a las temperaturas extremas. Su tolerancia abarca entre 0ºC y 26ºC, por ello debemos mantenerlo a cubierto en época de heladas y a pleno sol, durante los días más calurosos lo colocaremos a la sombra.

Por ser una planta de sustrato ácido requiere de un abono especial, el cual se complementará con quelato de hierro que sirve para regular el pH y para evitar algunas enfermedades (como la clorosis). La fertilización se realizará en primavera y en otoño.

El rododendro puede trasplantarse del jardín a una maceta (tiesto), pero debe ser luego de finalizada la floración.

Es recomendable regar continuamente con agua sin contenido de cal, de ser posible, se empleará agua de lluvia. Durante el verano es conveniente pulverizar las hojas con agua, pero sin mojar las flores porque se quemarán.

No debe podarse, pues ello mermaría la producción floral en las siguientes temporadas. Salvo los retoques luego de la floración, para eliminar las flores secas y alguna hoja maltrecha.

La multiplicación se hace con el método de estacas o esquejes, cuyo éxito dependerá de la temperatura, por eso es necesario practicarlo en invernaderos, con un crecimiento rápido que nos brindará una planta idéntica a la que tenemos.

Si se desea realizar una reproducción por semillas, las mismas deberán recolectarse apenas se abren las cápsulas. Luego se plantarán entre el invierno y la primavera en el invernadero. Es posible almacenarlas en un sitio seco, ventilado y con una temperatura adecuada, durante mucho tiempo. El crecimiento por semillas es lento.

También se puede multiplicar por injerto. Una vez hecho el injerto, debe dejarse reposar en un sitio muy húmedo con una temperatura que ronde los 20ºC. Cuando el injerto está más fuerte puede trasladarse al suelo ácido, donde germinará por dos años.

La multiplicación por acodos significa introducir la planta en el suelo, sin separarla de la madre y se deja hasta que forme raíces. A partir de entonces, se pueden separar.

Fuente: blogdeflores.com

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