La violeta


 La violeta común abunda en todos los países y crece en campos, prados, bosques y tierra de cultivo. Su empleo en jardines resulta muy atractivo, pero deberá ubicarse en zonas donde no sufra la acción directa del sol. El riego tiene que ser de forma regular, dos o tres veces por semana, tratando que el suelo no quede excesivamente seco. Esta especie es de gran belleza y podemos ver macizos de colores brillantes, mostrando una mancha de color espectacular.

En este sentido, esta flor es una de las más atractivas del otoño, no sólo porque resisten temperaturas frías, sino también porque suelen florecer en invierno y parte de la primavera, por lo que deben ser plantadas en esta época estacional. De esta manera, podrás disfrutar de una tonalidad muy intensa y de una fragancia maravillosa en tu jardín, en los meses en los que el frío es el protagonista....



Las violetas de olor
Muchos se preguntan cúal es la especie más adecuada para plantar en nuestro jardín cuando el frío se apodera de las zonas verdes, sin dudarlo, las violetas de olor. Es un ejemplar poco exigente con el tipo de sustrato y, además, le suele gustar mucho la sombra, por lo que la veremos bajo los arbustos a modo de tapizantes. La multiplicación debe comenzar con el proceso de siembra en agosto, en septiembre se pone en una maceta y ya en los meses otoñales deben plantarse directamente en el suelo del jardín. También se puede realizar mediante el proceso de esquejes, pero suele ser más efectivo el primero. Esto hace que podemos disfrutar de unas flores de colores variados y sin apenas cuidados.

Curiosidades de estas especies


Es una de las plantas medicinales más antiguas, ya que de sus pétalos se obtiene un magnífico jarabe contra el catarro, que también cura el insomnio, el dolor de cabeza y el estreñimiento. Por si esto fuera poco, las raíces de las violetas alivian las bronquitis. Pero lo más curioso sobre esta hermosa flor es que actualmente tiene usos culinarios para realizar mermeladas, ensaladas e incluso para adornar platos.
La violeta de olor, como su propio nombre indica, desprende una fragancia que se utiliza para elaborar los perfumes más sofisticados, caracterizada por ser dulce y relajante. Es también una excelente tapizante que incluso puede sustituir al césped, ya que conlleva menos cuidados.

Protégelas de las plagas

Es una flor muy propensa a recibir los ataques de los pulgones, sobre todo del pulgón verde que la deteriora considerablemente. Para evitarlo, hay que aplicarle un ahuyentador a base de caldo jabonoso en la zona afectada. De esta forma conseguirás que estos parásitos desaparezcan sin dejar rastro. También debemos tener mucho cuidado con el oidio y con el hongo con micelio externo, que hacen que la planta adquiera un color blanquecino.

Por ello, la mejor solución para este problema es recurrir a un buen fungicida, que ayude a eliminarlos sin deteriorar el ejemplar y siguiendo siempre las instrucciones del fabricante.
El otoño es la época de plantación adecuada para las violetas, que además de proporcionar color y fragancia a nuestro jardín, son una especie muy apropiada por los pocos cuidados que requiere.

Fuentes: plantasyhogar.

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