Es una planta utilizada frecuentemente para decorar interiores por su hermoso follaje. 
 
Las hojas están manchadas en varios colores, siempre en tonos verdes, amarillos o marfil que hacen que la planta sea especialmente apta para combinarla con otras. 
 
La difembaquia bien cuidada puede alcanzar los dos metros, pero en condiciones normales, en una habitación, perderá parte de sus hojas inferiores y adoptará un aspecto de falsa palmera. 
 
Se debe ser cuidadoso al manipularla porque su savia tóxica produce inflamación de la lengua y los labios.


Luz

Necesita luminosidad pero no sol directo. Jamás pongas una diefembaquia al sol. Gustan, sin embargo, de sitios bien iluminados.

La temperatura


Que la temperatura no baje de 10º C, ya que empieza a perder las hojas inferiores. Esta planta es sensible al frío; no lo soporta. Evita en todo momento las corrientes de aire y el frío.

Humedad

Pulveriza la planta con agua a menudo, para evitar la sequedad del aire que provoca la calefacción. 

Riego

Durante el verano necesita riegos frecuentes (2 ó 3 veces por semana) y en invierno más espaciados (cada 10-12 días).

No dejes secar la tierra porque se secarían los bordes de las hojas. Por el contrario, evita el exceso de agua en el sustrato: se caerían las hojas inferiores y se pudriría el tallo.

El abono

Echa un poco de fertilizante líquido cada 15 días durante la temporada de crecimiento (primavera y verano), diluido en el agua de riego.

El trasplante


Trasplanta a una maceta un poco mayor cada 2-3 años, en primavera.

Consejo: Poda de rejuvenecimiento

Si ha perdido hojas y sólo le quedan 3-4 en la punta, hazle una poda de rejuvenecimiento cortando la planta a 10-20 centímetros de la base. Volverá a brotar.

Difembaquia - Dieffenbachia seguine
Origen: Brasil
Altura: 70-200 cm
Mantenimiento: Fácil
Situación: Semisombra
Fuente infojardin.

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