El concepto de jardín japonés

Un tipo muy especial de jardín es el Jardín japonés. Estos jardines surgen tempranamente en la historia de Japón, en el Período Heian, el último de la época clásica japonesa, que se destaca por su arte (principalmente en lo que es literatura y poesía), y aparentemente el concepto de estos jardines es traído desde China.


Fue tal su difusión durante las eras y períodos siguientes, que lo podemos encontrar en la actualidad en casas privadas, templos budistas, parques, capillas sintoístas y en antiguos castillos o viviendas. De entre los diferentes tipos de jardines japoneses destacan los jardines Zen, que son los más famosos en Occidente, por la gran difusión de esta cultura.

Para poder entender a este tipo de jardines, debemos ir desde una escala grande a una pequeña. Un jardín japonés es, geográficamente, el archipiélago de islas que componen a Japón, es el paisaje japonés casi en escala. Los sintoístas le otorgan una visión del cosmos a este concepto, donde el mar representa al vacío, y las islas son los objetos que lo rellenan. Pero para elaborar un jardín japonés no hay que pensar en un mar basto, sino en entrelazamientos, en agua que fluye entre islas. Las islas son elementos importantes, y se representan con rocas. Con rocas también se representan las montañas, todo esto en el vacío, que es lo que representa al mar.

Para poder entender a este tipo de jardines, debemos ir desde una escala grande a una pequeña. Un jardín japonés es, geográficamente, el archipiélago de islas que componen a Japón, es el paisaje japonés casi en escala. Los sintoístas le otorgan una visión del cosmos a este concepto, donde el mar representa al vacío, y las islas son los objetos que lo rellenan. Pero para elaborar un jardín japonés no hay que pensar en un mar basto, sino en entrelazamientos, en agua que fluye entre islas. Las islas son elementos importantes, y se representan con rocas. Con rocas también se representan las montañas, todo esto en el vacío, que es lo que representa al mar.

No es necesario que corra agua en una parte para que represente ríos o mares, es la mera existencia de vacío lo que representa al líquido vital.

Los elementos básicos del jardín japonés son las rocas, como Japón es un archipiélago de islas volcánicas, este tipo de rocas (especialmente los basaltos, bien oscuros y llamativos) es el más utilizado. Existen diferentes vocablos japoneses que designan las diferentes partes del jardín. Para designar a las rocas, al ámbito donde se encuentran, y a todo el jardín, se utiliza el vocablo Shima, que significa Isla.
El lugar que ocupan las rocas se denomina Iwakura: en los jardines chinos, que utilizan rocas redondeadas, se suelen atar a éstas con cuerda, como si así se estuviera delimitando su lugar. Una diferencia que poseen los jardines chinos y japoneses es justamente la forma de las rocas. En un jardín japonés las rocas están “al natural”, son de formas caprichosas, moldeadas por la naturaleza, y así como se las encuentra en su forma “silvestre” se las coloca en el jardín. Se colocan primero las rocas principales, las de mayores dimensiones y aristas más marcadas. Representan las montañas, montes o hitos que desee quien elabora el jardín. En los llanos se colocan piedras bajas, pueden o no ser redondeadas. No deben colocarse de modos ordenados, sino todo lo contrario.Estilos de jardines japoneses
La idea del jardín japonés es representar la belleza de la naturaleza, imperfecta, el desorden y el equilibrio inestable. Aunque sea algo artificial, se busca que el efecto sea natural: si la roca, en su ambiente natural estaba inclinada, en el jardín debe ir del mismo modo, y si es necesario hay que colocar otras rocas que la sujeten. Además de las rocas, en los jardines típicos se puede representar en forma simbólica o con elementos reales el agua, una o varias islas, unidas por puentes, y un pabellón o casa de té. Esta última construcción es muy importante si se quieren realizar ceremonias del té, y le da una mayor ambientación nipona al jardín.

También, y como no podían faltar en ningún jardín japonés, aquí encontraremos una gran cantidad de plantas, perennes, caducas, flores de estación. Elementos vegetales clásicos como el bambú y el pino negro japonés jamás deben faltar, además de otras cañas y árboles que dejen caer sus hojas (que no se deben limpiar) para permitir el crecimiento de musgos y helechos en su base. El bambú puede colocarse entre rocas, cerca de estanques, donde es muy vistoso. Suelen armarse cascadas en los desniveles, que producen ríos que rodean islas. Un principio muy importante a tenerse en cuenta es que estos jardines ya desde su concepción son diferentes a los jardines “normales”, porque la tradición japonesa indica que primero hay que ir a buscar las rocas, y luego ver dónde colocarlas.

Es la propia roca la que lo va a indicar, no debe haber planificación previa. Existen distintos modelos de jardines japoneses: los de paseo, de Aposento, de té y los de contemplación (o zen). Los primeros están caracterizados por poseer un sendero que rodea un estanque y transita por los lugares más importantes del jardín. El estanque, dentro de lo artificial, sigue patrones naturales como las mareas, estaciones, etc.

Suelen ser de gran amplitud estos jardines, a diferencia de los de Aposento, que pueden ser amplios, pero que se arman para ser contemplados desde una posición. Son típicos de las casas tradicionales de las ciudades japonesas. Los jardines de té comprenden los caminos hacia la cabaña de paja donde se realiza la ceremonia, atravesando el lugar donde cae el rocío (que se representa con piedras sobre musgos). Se pueden utilizar baldosas o rocas alineadas. Los últimos, los jardines de contemplación, están hechos para ser contemplados no desde el descanso sino desde las plataformas de meditación de los templos zen.

Fuente  jardinyplantas.

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