¿Por qué y cómo cultivar Lithops o piedras vivas?


Los lithops son unas plantas suculentas perfectas para tener en el patio o en la terraza: al medir unos 4-5cm de altura por 1-2cm de ancho, se pueden cultivar en macetas durante toda su vida y, de hecho, si se plantasen en el jardín lo más probable es que acabásemos perdiéndolos.

Aunque se suele pensar que son muy exigentes, en realidad no lo son tanto. Si no me crees, sólo has de poner a prueba los consejos y trucos que te voy a ofrecer en este especial, y luego si quieres me cuentas qué tal te ha ido  .

Características de los Lithops

Nuestros protagonistas son plantas originarias de África austral. El género, Lithops, comprende 109 especies pertenecientes a la familia botánica Aizoaceae. Se conocen con los nombres comunes de piedras vivas, rocas vivas o plantas piedra ya que es precisamente eso lo que parecen: piedras que se encuentran en el desierto arenoso. También se les llama cactus piedra o cactus lithops, aunque no son cactus, sino suculentas no cactáceas.

Estas curiosas plantan forman grupos de dos hojas carnosas acopladas divididas únicamente por una fisura por donde aparecen las flores, y también el nuevo par de hojas a medida que el ”viejo” se marchita. Dependiendo de la especie, el color de las mismas puede ser rosa, violáceo, verde; con manchas, punteadas o estriadas.

Las flores se abren en otoño, hacia el atardecer. Recuerdan mucho a las que tienen las margaritas, aunque los pétalos son mucho más delgado (de menos de 0,5cm de grosor). Son un poco más grandes que el cuerpo de las plantas, y presentan un color amarillo o blanco muy bonito.

Son consideradas plantas ventanas, ya que en sus hojas tienen una zona translúcida, sin clorofila, por la cual la luz del sol llega a la parte que está enterrada.

¿Cómo se cuidan?

Si te animas a adquirir uno o varios ejemplares, aquí tienes su guía de cuidados:
Ubicación

Coloca tus Lithops en una zona donde les dé la luz del sol de manera directa, a ser posible durante todo el día. Lo ideal es que estén en el exterior, ya que en el interior suelen tener problemas por la falta de luz.

Sustrato

El sustrato ha de tener muy buen drenaje. Las raíces no soportan el encharcamiento, por lo que es muy recomendable usar sustratos arenosos, como akadama, arena de río o pómice.

Riego

¿Cuándo hay que regar?

El riego es la tarea más importante y complicada a la vez que hay que hacer cuando se tienen plantas. Con los lithops no resulta nada fácil saber cuándo hay que regar, aunque sí que podemos hacer algunas cosas para evitar regar en exceso:

    Una de ellas es coger la maceta una vez regada, y de nuevo al cabo de unos días. El sustrato húmedo pesa más que cuando está seco, por lo que tan sólo tendremos que memorizar el peso que tiene en cada una de las situaciones para saber más o menos cuándo toca regar.

    Otra opción es introducir un medidor de humedad. Nada más introducirlo nos indicará si está húmedo o seco, pero para que sea más fiable es importante introducirlo de nuevo en otras zonas (cerca de la planta, lejos de ella) pues normalmente el sustrato suele estar más húmedo justo alrededor de la planta que cerca del borde de la maceta.

¿Qué agua usar?

El agua de riego más idónea es la de lluvia, pero como no siempre podemos conseguirla podemos llenar un cubo con agua del grifo y dejarla reposar una noche. Al día siguiente regaremos con el agua de la mitad superior del cubo.

El riego en invierno

En invierno los lithops están en reposo. Esto significa que su crecimiento es prácticamente nulo, y sus necesidades hídricas disminuyen. Debido a las condiciones meteorológicas el sustrato permanece húmedo por más tiempo, por lo que tenemos que disminuir la frecuencia de riegos.

Por lo general, regaremos una vez cada 15 o 20 días, siempre teniendo en cuenta la humedad del sustrato y las previsiones meteorológicas.

Abonado

El abonado es muy importante para que crezcan sanos. Por este motivo, durante toda la temporada de crecimiento (primavera y verano) se han de abonar con abonos minerales, ya sean formulados específicamente para cactus y crasas, o con Nitrofoska echando una cucharada pequeña una vez cada 15 días.

Trasplante

Al ser plantas pequeñas bastará con pasarlas a una maceta algo mayor cuando los compremos. Si los adquirimos en otoño o invierno, los trasplantaremos en primavera, cuando el riesgo de heladas haya pasado y las temperaturas, tanto mínimas como máximas, se comiencen a mantener por encima de los 15ºC.

Problemas

En el cultivo pueden surgir básicamente tres problemas: falta de luz, pudrición y que haya una plaga de caracoles.

Falta de luz

Si les falta luz, las hojas nuevas crecerán más de lo normal hacia arriba, debilitando así a las plantas. Para evitarlo o solucionarlo, hay que ubicarlas en una zona donde les dé la luz del sol de manera directa.

Pudrición

Si se ha regado en exceso, o si el sustrato tiene muy mal drenaje, las hojas se pudrirán y morirán. Para evitarlo, es muy importante usar sustratos bien drenados y regar muy ocasionalmente, sobretodo en invierno.

Caracoles

Los caracoles y las babosas son moluscos a los que les encantan estas plantas. Para evitar que acaben con ellas, lo más rápido y eficaz es poner unos cuantos granos de molusquicida en las macetas.

Si quieres probar con remedios naturales, encontrarás más información sobre ellos en este artículo.

Multiplicación

Para conseguir nuevos ejemplares, se necesita tener dos o más lithops que florezcan al mismo tiempo, un pincel y una zona protegida del viento. Una vez se tenga, se tiene que pasar el pincel primero por una flor de una planta y, acto seguido, por otra flor de otra planta. Si todo va bien, la última flor habrá sido polinizada y comenzarán a crecer las semillas, las cuales se siembran una vez que maduren en macetas con vermiculita y se colocan al sol.

Rusticidad

Los lithops son plantas muy sensibles al frío, sobretodo al granizo y a las nevadas. Pueden soportar heladas débiles y puntuales de hasta los -2ºC, pero el sustrato ha de estar seco. En el caso de vivir en una zona donde los inviernos son más fríos, es conveniente colocarlos dentro de un invernadero, o dentro de casa en una habitación en la que entre mucha luz, por ejemplo cerca de una ventana y protegidos de las corrientes de aire (tanto frías cómo cálidas).

Fuente jardineriaon.com

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