Achiote


El cultivo del achiote en América Latina se remonta a tiempos precolombinos. Este árbol, cuyo nombre científico es Bixa orellana, es originario de las zonas tropicales del continente y también se conoce como achiotillo, achote, bija, biza, onote y urucú, entre otros nombres.

Se dice que achiote es el equivalente en castellano de una voz náhuatl: achiotl. El nombre Bixa orellana, por su parte, está vinculado al explorador Francisco de Orellana. Lo cierto es que, más allá de la denominación, este árbol que pertenece a la familia de las Bixaceae se ha expandido por diversas partes del mundo.

El cultivo no requiere de muchos cuidados, aunque las condiciones climáticas son determinantes. El achiote  sólo puede crecer y desarrollarse en aquellas regiones que cuenten con clima cálido y húmedo. Este árbol prefiere las zonas bajas donde no se registren heladas y las precipitaciones anuales se sitúen entre los 1.000 y los 1.500 milímetros.

El achiote  es un árbol perenne que puede alcanzar los 6 metros de altura. Cuenta con tallo pardo, hojas simples y grandes y flores blancas o rosadas en ramilletes terminales. Este árbol produce abundantemente un fruto con forma de cápsula roja con pelos espinosos que, al madurar, se torna más oscuro.

Dentro de cada valva hay semillas que se utilizan como especia y colorante. Pueden emplearse en quesos, salchichas, carnes, pescados y hasta helados, generalmente para aportar color. De hecho, es posible industrializar la semilla del achiote para producir un colorante que se comercializa como extracto líquido o pasta.

Fuente: floresyjardin.es

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