Plantar tomates cherry

El tomate cherry o tomate cereza  es la variedad más pequeña de este fruto comestible. Su tamaño oscila entre apenas 1 y 2 centímetros. Si quieres plantar tomates cherry en tu hogar, pues, el espacio no será un problema.

Necesitarás una maceta de unos cincuenta centímetros de diámetro y de profundidad. Lo ideal es que esté situada a pleno sol, aunque no en una zona demasiado cálida ya que las temperaturas muy elevadas retardan el crecimiento de la planta.

Una vez que haya pasado la época de helada, puedes comenzar tu plantación. Planta dos o tres semillas por pozo, a un centímetro de profundidad. Riega con abundante agua y tapa la maceta con un plástico transparente hasta que se produzca la germinación, lo que sucederá entre seis y ocho días más tarde.

Lo mejor es que escojas las plantas más fuertes y que cada dos plantuelas entierres un tutor a unos treinta centímetros de profundidad. Clava, pues, cuatro tutores para ocho plantuelas y efectúa, en el medio, un pozo para el riego. Deberás regar cada cuatro días aproximadamente.

Al crecer las plantas, tienes que atar el tronco principal a un tutor y sacar los brotes axilares. Cuando los tomates estén bien maduros, podrás cosechar.

Una buena idea es plantar perejil en el borde de la maceta: esta hierba aromática protegerá a nuestros tomates cherry de la mosca blanca. El mismo efecto se logra con el cebollín.

Al plantar tomates cherry, recuerda que no debes regar en exceso ya que puedes terminar enfermando tu cultivo y no podrás aprovechar los frutos.

Fuente floresyjardin.es

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