Pero su nombre científico es “Acalypha Hispida”. Si bien su origen no está del todo claro, se cree que es originario de Malasia. Es de la familia Euphorbiaceae y es un arbusto que puede alcanzar el medio metro de altura.
Posee hojas algo peludas y perennes y su floración es en verano. Es en la axila de las hojas donde aparecen amentos caídos de unos 30 a 40 cm. de largo.
La más conocida de todas es la que posee inflorescencias rojas de unos 50 cm.. En algunas otras variedades podremos apreciar hojas de diferentes colores, entre las que encontraremos tonalidades de amarillo, rosa, y otros.
Por su vistosa inflorescencia puede usarse en interiores como planta de interior y decoración. Prefiere los climas cálidos y sin heladas.
Necesita de un suelo bien drenado y muy fértil que no sea alcalino y conviene colocarla lejos de fuentes de calor y corrientes de aire.
Durante el periodo de floración conviene abonarla cada quince días. No necesita de un riego abundante pero si frecuente. Casi a diario para mantener un grado de humedad permanente en la tierra.
En invierno debe disminuirse la cantidad de riego y no utilizar nada de fertilizante.
La multiplicación se lleva a cabo en primavera a través de esquejes jóvenes que conviene plantarlos en grupos de 3 a 5 en tiestos de 10 cm. de diámetro.
Dentro de un compuesto de turba y mantillo y cubierto en una bolsa de plástico para mantener la humedad, y luego colocarlo en la sobra en un lugar cálido.
Su reproducción es a través de semillas en invierno y con temperaturas constantes de 20 º centígrados.
Fuente: esjardineria.com
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