El naranjillo

El naranjillo en el jardín es árbol siempre verde, poco conocido y de una gran belleza, destacándose por presentar una copa de posición superior muy densa, que deja ver un grueso tronco liso y grisáceo. Crece en los faldeos de la cordillera de los Andes, entre Aconcagua y Ñuble, siendo la única especie representante de la familia Icacináceas que es nativa de Chile.

Sus hojas son de consistencia dura, ya que presentan una gran cantidad de fibras esclerenquimáticas, de color verde oscuro y lustrosas por arriba, mientras que por la cara inferior son de olor verde claro. Los árboles adultos, que pueden alcanzar hasta 20 metros de altura, poseen hojas de borde entero; pero en individuos jóvenes éstas tienen en el ápice un mucrón corto y agudo.


En los ángulos de la nervadura de la lámina foliar se forman unas pequeñas cavidades, llamadas domatios, en las cuales se alojan pequeñas arañitas, que al parecer viven en simbiosis con este árbol, limpiando la superficie de la hoja de hongos e insectos dañinos. Las hojas son de 5-6 cm de largo y de 3-5 cm de ancho y poseen un pecíolo corto que las hace parecerse a las de los limones y de las naranjas, de ahí el nombre vulgar de naranjillo.

Características del naranjillo

Las flores son pequeñas y de color blanco, con estambres y pistilos amarillos, agrupadas en inflorescencias de racimos. Liberan a la atmósfera un agradable perfume, debido a la secreción de gran cantidad de aceites esenciales. Su floración ocurre desde septiembre hasta comienzos de noviembre.

Los frutos corresponden a pequeñas drupitas de forma ovoide, de 1-1,5 cm de largo. Cuando maduran, presentan color negro, debido a los pigmentos del tipo flavonoides que se encuentran en las células epidérmicas que los cubren. Poseen una semilla que al ser recolectada entre febrero y mayo, germina fácilmente en tierra mezclada con arena en proporción 1:1.

Como es un árbol casi desconocido, debería darse un auge a la utilización de éstos, por ejemplo en espacios urbanos ventosos y secos, en sectores costeros, por su buena adaptabilidad a los terrenos arcillosos.
Antiguamente existía una creencia campesina que decía que con sólo apoyar el pie en el tronco del naranjillo desaparecían las hernias y el árbol se secaba.

Fuente: misjardines.net

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