Jardin fragante


El aroma es otra característica de algunas plantas. Resulta muy agradable pasear por el jardín y percibir distintos perfumes.

Podemos pasar de los embriagadores, como los alhelíes y narcisos, a lo dulces y delicados como el del árbol de la mariposas o los muy intensos como los de los nardos. Pero no sólo son las flores las encargadas de proveer de olor al jardín, también el follaje de algunas plantas exhala un rico aroma si se roza o se estruja, como el del eucalipto, el naranjo o la hierbabuena.

Con una elección precisa se puede disfrutar de un jardín fragante todo el año. Estas plantas no requieren cuidados especiales, sólo hay que buscarles el lugar más apropiado para disfrutar de ellas.

 Al buscar un emplazamiento hay que pensar en una ubicación donde se fácil percibir el olor, cerca de una ventana de la casa, en la entrada al jardín, al lado de una zona de estancia, a los lados de un sendero, en un lugar protegido por muros o setos donde el aire inmóvil pueda retener el perfume, etc..

El cultivo de hierbas aromáticas en macizos elevados facilita el disfrute de su fragancia más de cerca.

Lo más importante es cultivar las plantas fragantes en condiciones similares a su hábitat natural para asegurar su vigor y perfecto desarrollo. Para disfrutar de ellas todo el año habrá que realizar una plantación escalonada, sobre todo en primavera y otoño. Es básico buscarles un lugar protegido del sol más intenso y de los vientos fuertes.

Las plagas no suelen representar un grave problema ya que muchas de ellas actúan, gracias a su olor, como ahuyentadores de gran número de insectos. Los cuidados básicos serán el riego tras la plantación y en épocas de sequía, abono una vez al mes para las de flores y eliminación de hojas e inflorescencias marchitas en todas las especies

Cada estación tiene sus plantas aromáticas más apropiadas. En invierno, a pesar del frío, existen especies que flores y ofrecen exquisitos aromas. Bajo la nieve nacen heléboros, con una suave fragancia a almizcle y la campanilla de las nieves, con olor a miel. Los arbustos como el durillo, cornejo y el limonero intercalados con brezo y madreselva nos proporcionarán ambientes muy estimulantes. En primavera disfrutaremos de una gran cantidad de posibilidades, desde los pétalos blancos de los cerezos y almendros pasando por la estrella de esta temporada, el lilo.

Durante el verano se produce la explosión de las plantas aromáticas como el tomillo, la salvia, la albahaca, la manzanilla y un largo etcétera. Aparte de su valor decorativo también tienen usos culinarios. Finalmente, en el otoño, disfrutaremos de las bulbosas como los nardos y amarillis o de trepadoras como el guisante de olor.

Fuente jardinplantas.com

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