Aprendamos cómo hacerlo: en primer lugar, sepamos que es una planta que puede adaptarse bien en ambientes que no sean muy luminosos.
Pero si podemos darle buena luz, está garantizado el colorido típico de la especie, verde con veteado blanco en sus hojas, que también crecerán más abundantes.
Es una planta de temperaturas cálidas, debido a su origen tropical.
No tolera temperaturas inferiores a los 15º C ni superiores a 30º C, siendo las ideales entre los 18 y 21º C, preferentemente sin cambios bruscos.
Tampoco le gustan las corrientes de aire.
El mejor ambiente para su cultivo sin dudas es el húmedo, haciendo casi obligatoria la pulverización diaria o, si lo prefieres, el uso de un plato con una capa de guijarros cubiertos con agua. Eso sí, evita que el agua toque la base de la maceta.
Por último, habrá que regarla de dos a tres veces por semana en el verano, y en el invierno reducir la frecuencia a sólo una o dos regaduras semanales. Siguiendo estos pasos, seguramente tendrás una hermosa planta que dará alegría a cualquier rincón del hogar.
Fuente jardineria.
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